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32_RODRIGUEZ MARADIAGA_pp_484-495.QXD_Layout 1 07/02/13 16:06 Pagina 484 The Global Quest for Tranquillitas Ordinis. Pacem in Terris, Fifty Years Later Pontifical Academy of Social Sciences, Acta 18, 2013 www.pass.va/content/dam/scienzesociali/pdf/acta18/acta18-rodriguezmaradiaga.pdf Aproximación geopolítica a la justicia
en un mundo globalizado

Oscar Andrés Cardenal Rodríguez Maradiaga, s.d.b.
Quiero expresar mi agradecimiento por la invitación a esta importante Asamblea. El pensamiento es uno de los déficits de esta sociedad atrapadapor la llamada Globalización, y esta Academia Pontificia es una fuente va-liosa de pensamiento.
La globalización es un proceso sumamente complejo. Afecta a todos los niveles de construcción de lo social: nivel económico, socio-político y cul-tural. No se trata de niveles autónomos e independientes, sino que todosellos se hallan interconectados y se refuerzan mutuamente dentro del sistemaglobal en el que nacen, al que sirven y que conforman: el capitalismo neo-liberal. La globalización actual, aun cuando sus raíces históricas son ya largas(nace con la expansión de la Europa colonial en el siglo XV), se incuba conel desarrollo de las nuevas tecnologías y toma cuerpo con la liberalizacióndel capital transnacional producido a raíz de la desaparición del socialismode los países del este europeo al comienzo de la década de los noventa.
La tranquillitas ordinis de San Agustín y de la Pacem in Terris, leyendo los actuales Signos de los Tiempos, parece ser todo lo contrario. Malestar en lasociedad, protestas en las calles con disturbios violentos, miedo y terrorismoy nada de orden. Si vemos la situación de la economía nos encontramoscon la Globalización de la crisis. Me pregunto entonces: Podemos hablar de una "globalización de la justicia"?
En cierto sentido sí. Se ve como un fenómeno que se difunde. Impulsada por razones diferentes, se viene desarrollando en áreas tan diversas como elderecho penal o la responsabilidad civil. En el primer caso, la razón pareceser la denegatoria de justicia que se produce en jurisdicciones nacionales,la cual impulsa a los agraviados por determinados crímenes a buscar san-ciones en tribunales foráneos donde tales presiones no existen. Así fue, porejemplo, el caso contra el general Augusto Pinochet. Protegido por el podermilitar en Chile, los perjudicados por presuntos actos ocurridos bajo su go-bierno se creían en la imposibilidad de reclamar en la jurisdicción chilena,razón por la cual, han debido recurrir a otro juez dispuesto a investigar yasumir jurisdicción en el caso. La diferencia notable con los más recientes 484 The Global Quest for Tranquillitas Ordinis. Pacem in Terris, Fifty Years Later 32_RODRIGUEZ MARADIAGA_pp_484-495.QXD_Layout 1 07/02/13 16:06 Pagina 485 APROXIMACIÓN GEOPOLÍTICA A LA JUSTICIA EN UN MUNDO GLOBALIZADO antecedentes de justicia penal internacional reside en que no se trata decortes multinacionales, como fue en Núremberg o el reciente tribunal parajuzgar las matanzas étnicas en la antigua Yugoslavia. Tampoco se ha tratadode la justicia del vencedor, como fue el caso de Estados Unidos contra elgeneral Noriega de Panamá. Lo notable de este proceso es que el sujeto ac-tivo no es un estado, sino ciudadanos representados individual o colectiva-mente (en el caso de Pinochet el demandante fue Amnesty Internationalpor la llamada doctrina de los intereses difusos) y no autoridades estatales.
Estos individuos recurrieron no al juez natural de la causa ni tampoco a lasreglas tradicionales del derecho internacional para resolver el conflicto deleyes y jurisdicciones, sino hicieron con toda seguridad un detallado examenpara encontrar al juez dispuesto a conocer la causa. Es verdad que ese pro-ceso de selección no parece ser ajeno a consideraciones ideológicas o po-líticas, pero no es menos cierto que, al escoger la jurisdicción en quédemandar, los interesados han realizado un cálculo de costo-beneficio com-plejo dirigido a valorar subjetivamente el mejor lugar para intentar sacaradelante sus pretensiones.
Por lo demás, las propias consideraciones políticas son parte de los valores subjetivos que toda persona toma en cuenta al momento de hacer el cálculoeconómico correspondiente para adoptar una decisión, máxime en este casoen que se busca satisfacer expectativas que no son puramente monetariassin bastante más complejas como la desaparición de un ser querido o laviolación de sus derechos humanos.
Una cosa análoga parece estar ocurriendo en la responsabilidad civil, es- pecialmente la relativa a productos defectuosos o defectuosa información.
Conforme los mercados han ido desarrollándose, y haciéndose más com-pleja la interacción de los individuos, ha comenzado a ocurrir que los afec-tados por este tipo de problemas tienden a recurrir a tribunales diferentesde los propios en busca de una reparación por los daños producidos, en casode existir una gran disparidad entre las indemnizaciones previsibles com-parando los tribunales naturales con otros. Áreas especialmente sensibleshan sido los daños ecológicos, la salud y los accidentes. En líneas generaleslo que parece suceder en estos casos es que en los países en vía de desarrolloel tratamiento legislativo o es más favorable al responsable o éste tiene unacapacidad de cabildeo o soborno mayor que la que tendría en su país deorigen, fomentándose de una u otra forma la posibilidad de que los pre-suntos agraviados puedan conseguir una mejor sentencia resarcitoria parasus intereses. Ello los conduce hacia jurisdicciones foráneas que les permitansustraer el pleito del ambiente regulatorio o institucional inconvenientepara sus intereses y trasladarlo a otro donde sea posible, por lo menos, reducir The Global Quest for Tranquillitas Ordinis. Pacem in Terris, Fifty Years Later 32_RODRIGUEZ MARADIAGA_pp_484-495.QXD_Layout 1 07/02/13 16:06 Pagina 486 OSCAR ANDRÉS CARDENAL RODRÍGUEZ MARADIAGA, S.D.B.
y aun minimizar tales inconvenientes. Lo que sí parece novedoso en estecaso es que no sólo son los individuos los que han aprendido a utilizar lasdiferencias comparativas entre las jurisdicciones, sino también los estados.
Tal es el caso de los diferentes gobiernos latinoamericanos que, cautivadospor los acuerdos llevados a cabo hace un tiempo por ciertos estados de launión americana, han empezado a demandar a las empresas tabacaleras entribunales norteamericanos en búsqueda de compensaciones que les de-vuelvan los impuestos que ellos debieron gastar para prevenir o curar a losenfermos de un cáncer producido por el tabaquismo. Los casos anterioresconocidos eran de afectados indirectamente por ciertos daños. Por ejemplo,en materia ecológica, donde individuos perjudicados formularon un re-clamo en una jurisdicción diferente de la propia. Lo mismo, en un caso desupuesto daño a la salud como el de Dow Corning por los implantes de si-licona en senos femeninos, en que la empresa inclusive ha debido buscar laprotección del Capitulo 11 a fin de contrarrestar los juicios por responsa-bilidad en que había sido emplazada. (Cfr. Enrique Ghersi, Globalización dela Justicia, Lima, Perú).
Pero si consideramos la Justicia Social, el panorama cambia radicalmente.
Contemplando globalmente nuestro mundo, no puede dejar de llamarnosla atención la falta de cambios realmente importantes para la humanidad.
Continuamos viviendo en un mundo lleno de desigualdades flagrantes y, a pesar de la producción y la riqueza, ésta se encuentra cada vez más concen-trada en menos manos. Se está creando, en realidad, un mundo donde la co-dicia de unos pocos deja a la mayoría a margen de la historia. Unas sociedadesque mientras viven un progreso tecnológico y unas posibilidades nunca vistas,fabrican y reproducen la exclusión. En este sentido, pues, la tan vitoreada glo-balización se nos presenta más como un mito que como una realidad.
Más que en un mundo global, estamos en un mundo que continúa fuer- temente dividido entre aquellos que pueden gozar de las oportunidades queaporta la globalización y aquellos otros que se quedan al margen.
Un mundo en el cual se desea abrir todas las fronteras a las mercancías y se ponen infinidad de trabas al movimiento libre de personas de los paísesdel Sur hacia los del Norte, como por desgracia podemos constatar con elblindaje de fronteras que los países ricos se imponen. Incluso se escuchanvoces que desean volver atrás en el tratado de Schengen. Podríamos decir que tan sólo los ricos están globalizados: la tecnología los protege al tiempo que los distancia de los pobres, que se mantienen so-metidos y trabajando para ellos. La injusticia y la desigualdad son signos dis-tintivos del mundo actual. No estamos caminando hacia un sistema másjusto, aunque el marketing del pensamiento único así nos lo presente. La 486 The Global Quest for Tranquillitas Ordinis. Pacem in Terris, Fifty Years Later 32_RODRIGUEZ MARADIAGA_pp_484-495.QXD_Layout 1 07/02/13 16:06 Pagina 487 APROXIMACIÓN GEOPOLÍTICA A LA JUSTICIA EN UN MUNDO GLOBALIZADO globalización es profundamente selectiva. No ha habido cambios sustancialesen la estructura social.
Las ventajas de la globalización no hacen otra cosa que beneficiar a los de siempre y el reparto de la riqueza también. El mundo se está globalizandoal ritmo y al modo querido por los grandes poderes económicos. Y en parteestá retornando un capitalismo salvaje que la historia ya se había encargadode juzgar con dureza, considerando las condiciones a las que había sometidoal proletariado en los siglos XVIII-XIX.
Se van desmantelando así los éxitos históricos del Estado del bienestar, y aumentando en consecuencia las diferencias entre ricos y pobres.
En definitiva, propiamente sólo se han globalizado las lógicas de los mer- cados financieros. Y el absolutismo de este capital hace estragos.
Pero la aproximación a nuestro tema tiene que ver con la Geopolítica.
Entonces podemos preguntarnos.
Qué es la geopolítica?
La Geopolítica es el estudio de las correlaciones entre el espacio – en todas las vertientes del termino – y la política, notablemente la exterior.
Este concepto plantea dos cuestiones fundamentales: ¿en qué medida suposición espacial afecta a la política de los Estados? y ¿cómo la autoridadpolítica se acomoda a este espacio? Así se procede a analizar su influenciaen el devenir sociopolítico del sistema internacional.
Asimismo es interesante resaltar la relación directa – y desconocida por el gran público – entre las teorías geopolíticas y los máximos acontecimientoshistóricos que tuvieron lugar nuestro mundo durante el pasado siglo. Entreotros se pueden nombrar el Tratado de Paz de Versalles (1918). La geopolíticaentra en el ámbito de responsabilidades de la ONU, de la OEA, etc.
No hay que perder de vista que la geopolítica es un campo de estudio un poco olvidado en nuestros días pero que, tras la caída del orden bipolar,ha empezado a salir de la hibernación.
Pero, si contemplamos globalmente nuestro mundo, no puede dejar de llamarnos la atención la falta de cambios realmente importantes para la hu-manidad. En el ámbito mundial está emergiendo un nuevo orden político,que hace necesario refundar las bases en que se sustenta el orden políticomundial en clave más universalista y menos excluyente. Necesitamos afron-tar este Nuevo Orden Mundial que, quizás nunca como ahora, es un NuevoDesorden Mundial, en primer lugar con el Derecho Internacional, este de-recho de los pueblos que ha ido surgiendo a lo largo de la historia de lahumanidad como una de las conquistas más preciadas. Necesitamos recons-truir la democracia desde una lógica nueva: la lógica del Bien Común. Y la The Global Quest for Tranquillitas Ordinis. Pacem in Terris, Fifty Years Later 32_RODRIGUEZ MARADIAGA_pp_484-495.QXD_Layout 1 07/02/13 16:06 Pagina 488 OSCAR ANDRÉS CARDENAL RODRÍGUEZ MARADIAGA, S.D.B.
construcción del Bien Común no debe caer en la trampa de configurar unnuevo Estado Imperial Mundial, pues esto es nefasto; ha sido nefasto en lahistoria y no es bueno repetirlo. El nuevo orden mundial que se nos presenta proviene de la unificación de mercados para facilitar la circulación de dinero y mercancías.
Y si en el siglo XX los estados ganaron protagonismo en el terreno eco- nómico, hoy en cambio, su fuerza es cada vez menor. Desde diversas ins-tancias se nos está recordando la necesidad de poner fin a este escándalo yde dar pasos hacia un modelo sostenible, humanizando la globalización yconvirtiéndola en una promesa y un proyecto auténticamente universales.
Es necesario hacer frente a las consecuencias de haber convertido el mundo en un enorme mercado y por esto hay que construir un nuevomundo; un mundo donde haya lugar para todos los mundos.
Se podría decir que son tres los pilares sobre los que se asienta la globa- lización: el desarrollo tecnológico, el sistema económico neoliberal comoúnico proyecto global y la expansión de un "pensamiento único".
Veamos ahora algo de sus manifestaciones.
Vivimos una época de transformaciones sin precedentes. Los avances tec- nológicos se producen, como nunca, a una velocidad vertiginosa. Lo que con-siderábamos un valor hace tan solo unos pocos años, ahora nos parece inservible.
Ciertamente, lo que conocemos como globalización comporta riesgos y oportunidades. Por un lado, vivimos una situación excepcional, privile-giada. Nunca como en nuestros días hemos podido ser tan conscientes dela interrelación entre pueblos y culturas diferentes, gracias a tecnologíascomo Internet, capaces de conectamos en segundos con el otro extremodel planeta. Si este fenómeno afecta al mundo entero, en las personas, pro-duce diversos impactos y se interioriza de forma diferente según personas,grupos, situaciones.
A algunos este proceso les resulta apasionante y viven con optimismo el presente, tratando de situarse en el nuevo orden y de hacer rentables todaslas oportunidades que les ofrece.
Otros se encuentran desubicados y desconcertados ante un cambio tan rápido y contemplan con recelo este presente que parece revolverlo todo.
Finalmente, hay quien mira con miedo el presente y el futuro y busca seguridades, intentando volver a un pasado que ya no existe, con el peligroconstante que esto implica, de derivar hacia posiciones fundamentalistas.
La antropología de la globalización
Me parece que este tema no ha sido muy estudiado. Se enfatiza el choque de civilizaciones, la guerra de las culturas, la globalización liberal. Estas grandes 488 The Global Quest for Tranquillitas Ordinis. Pacem in Terris, Fifty Years Later 32_RODRIGUEZ MARADIAGA_pp_484-495.QXD_Layout 1 07/02/13 16:06 Pagina 489 APROXIMACIÓN GEOPOLÍTICA A LA JUSTICIA EN UN MUNDO GLOBALIZADO palabras que definen nuestro tiempo muchas veces son sinónimo de confron-tación, de fin del mundo, en definitiva, pocas perspectivas de futuro.
En un viaje de exploración de las diversas culturas, se debería buscar las claves intelectuales y espirituales susceptibles de apertura de las puertas deuna civilización fundada mucho más sobre el dialogo entre las culturas y enuna civilización del amor y no sobre la búsqueda de la ganancia, la técnicay el poder. Necesitamos volver a creer en el ser humano como tal, y en sucapacidad de actuar en los valores más nobles que lleva dentro de si en formaaltruista, generosa y solidaria. La injusticia hunde sus raíces en un problemaque es espiritual. Por eso su solución requiere una conversión espiritual delcorazón de cada uno y una conversión cultural de toda la sociedad mundial.
No alcanzamos a conocer sus causas si nos quedamos en las estructuras eco-nómicas o políticas, sin ir al núcleo de la vida personal y a las entrañas delo social. No pueden existir normas de ningún tipo, ni económicas, ni co-merciales, ni políticas, ni étnicas. Ninguna norma, ninguna ley está por en-cima del respeto a la persona humana. Si no somos capaces de globalizar, esdecir, de extender a todos y por todas partes el firme empeño de superarlas diferencias y las guerras a través del diálogo y el respeto, no habremospodido aprovechar las oportunidades que nos da un mundo con mayoresmedios de comunicación pero irónicamente con menos comunión.
Pero quiero que nos entendamos bien. Cuando hablo de centralidad de la persona y de respeto por la vida no lo hago desde una mera perspectiva desolidaridad humana sino inspirado en Jesucristo Buen Pastor que sufre conlos más desposeídos y que nos dice: "dadle vosotros de comer" (Mc 6,37).
La lucha a favor de los derechos humanos que se ha visto muy favorecida con la facilidad de las comunicaciones es una tarea que parece siempre in-acabada.
La justicia social cristiana se apoya en Jesucristo liberador que ha roto las ataduras de los que estaban oprimidos por el pecado. Somos continua-dores de esta obra de redención desde los ambientes en donde Dios nos hacolocado. No se trata de una respuesta altruista ante el sufrimiento ajeno, setrata de un deber de hermanos.
Es innegable entonces que el segundo elemento a globalizar en nuestro mundo es la fraternidad. Fraternidad no entendida simplemente en los pará-metros de la revolución francesa que aún y cuando emancipaba de un poderestablecido no hacía sino alzar nuevos amos, nuevos dominios.
La fraternidad entre los pueblos, más aún entre las personas, es el camino de la globalización de la solidaridad. Nunca como en nuestra época com-partimos los mismos destinos. La recesión económica mundial que acom-pañó y en algunos lugares precedió al ataque terrorista del 11 de septiembre The Global Quest for Tranquillitas Ordinis. Pacem in Terris, Fifty Years Later 32_RODRIGUEZ MARADIAGA_pp_484-495.QXD_Layout 1 07/02/13 16:06 Pagina 490 OSCAR ANDRÉS CARDENAL RODRÍGUEZ MARADIAGA, S.D.B.
en Nueva York, la pandemia del SIDA, las guerras civiles en los países máspobres del mundo que reclaman una respuesta de los más poderosos, losefectos de los fenómenos climatológicos, las secuelas de la devastación eco-lógica en diversas zonas del mundo que nos afectan a todos, etc., nos estánindicando que es preciso que unamos esfuerzos, esfuerzos de hermanos, paraenfrentar juntos las dificultades.
Fraternidad frente a la violencia del mundo para quien existe sólo el ene- migo, el adversario. Tanta violencia y dolor sólo pueden tener una respuestapositiva en la medida en que seamos capaces de llevar al mundo una solidaridadque no se queda ni en palabras ni en papeles, sino en acciones concretas.
Tenemos que globalizar el diálogo. No el diálogo entre sordos, o el diálogo que provoca el asentimiento sometido de los más débiles. Los países y las ins-tituciones financieras internacionales deben mejorar su capacidad de escucha.
En el número 55 de la Exhortación Apostólica Ecclesia in America, el Beato Juan Pablo II nos decía que "Con su doctrina social, la Iglesia ofreceuna valiosa contribución a la problemática que presenta la actual economíaglobalizada. Su visión moral en esta materia ‘se apoya en las tres piedras an-gulares fundamentales de la dignidad humana, la solidaridad y la subsidia-riedad'" (Ecclesia in America, 55).
El déficit de la ética
Los problemas de la Economía actual no se pueden resolver conside- rando solamente el Producto Interno Bruto, el déficit fiscal o cualquier otroindicador macroeconómico. Hemos visto con claridad que el mayor déficites el déficit de la Ética. La ética configura a la persona y no puede ser ex-cluida de la Globalización.
El nuevo Orden Mundial no podrá construirse al margen de la ética y reducirse a un mero orden económico. En la evolución del cosmos, la apa-rición del ser humano coincide con el origen de la moralidad. El naci-miento del ser humano va a la par con la moral. En otras palabras, son los valores y normativas éticas los que deben garantizar que la vida del hombre se haga humana. El fin de toda ética es configurar suhumanidad. Cuando falten el respeto a la vida, la justicia, la libertad, la igualdadde desarrollo humano, decimos que la vida del hombre se torna inhumana.
Las exigencias éticas, expresadas en los derechos del hombre y en los valoresmorales, hacen posible que el ser humano se realice en dignidad.
Es común decir que la humanización permite al ser humano ser persona.
Quiere decir que "ser persona" expresa el nivel moral del hombre. No setrata de una visión individualista del ser humano; ser persona significa des-arrollar la singularidad de uno mismo como sujeto libre y responsable, es- 490 The Global Quest for Tranquillitas Ordinis. Pacem in Terris, Fifty Years Later 32_RODRIGUEZ MARADIAGA_pp_484-495.QXD_Layout 1 07/02/13 16:06 Pagina 491 APROXIMACIÓN GEOPOLÍTICA A LA JUSTICIA EN UN MUNDO GLOBALIZADO tablecer relaciones intersubjetivas, que sean respetuosas, justas y amorosas yconstituir solidariamente la sociedad buscando el bien común. En la personaestán las dimensiones de la singularidad, la alteridad y la sociabilidad.
No se trata de una persona sola, sino de todas las personas. Tampoco es suficiente atender a alguna dimensión de la persona, sino a la persona entera.
El Papa Pablo VI define el desarrollo auténtico como la promoción de todoslos hombres y de todo el hombre.1 Para la teología moral católica, es además indispensable entender el ser persona desde la antropología cristiana, fuente primordial de nuestra refle-xión ética. Es muy rica la reflexión teológica sobre la persona, categoríaaplicada en primer lugar a la Santísima Trinidad para explicar las relacionesentre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.2 El hombre puede aprender deDios a ser persona. Reconocemos en la fe que la persona humana ha sidocreada por Dios a su imagen y semejanza, amada y redimida por Jesucristoy llamada a participar en la comunión de los santos. Son razones por lascuales el hombre posee una dignidad que le es intrínseca, inherente en suser, la que debe ser destacada y respetada y que por ninguna razón debe serviolada, ni por el mismo hombre, ni por los demás.3 Podemos concluir que la moral debe garantizar el ser persona humana, ya sea cuando actúa como sujeto, ya sea cuando es objeto de la acción delos demás. Dicho de otro modo: la razón de toda ética debe ser reconocer,construir y dignificar a la persona humana.
Y esta es una conclusión muy evangélica; ya hemos observado que los encuentros de Jesús con la gente querían destacar el valor personal de cadauno, cualquiera que fuera su condición. Y es esto también lo que quiere ex-presar Juan Pablo II en la encíclica Veritatis Splendor cuando dice: "En efecto,los diversos mandamientos del decálogo no son más que la refracción delúnico mandamiento que se refiere al bien de la persona, como compendiode los múltiples bienes que connotan su identidad de ser espiritual y cor-póreo, en relación con Dios, con el prójimo y con el mundo material".4 1 Pablo VI, Populorum Progressio. 1967. 14.
2 Cfr. Pontificio Consejo "Justicia y Paz", Compendio de la Doctrina social de la Iglesia.
Santiago, 2005. Ed. San Pablo, números 34-48.
3 Cfr. Leonardo van Marrewijk A., Moral fundamental; Para dar frutos en la caridad. San- tiago, 2006. Ed. UCSH, pág. 23-37.
4 Juan Pablo II, Veritatis Splendor. 1993. 13.
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Conclusión
Hoy día se impone además la convicción de que las personas no son los únicos sujetos de derechos y obligaciones: también lo son los pueblos. Estoexige llevar a cabo una relectura de los derechos fundamentales para adap-tarlos a la naturaleza específica de los pueblos. En esta línea quiero sugerir,a manera de conclusión unas pistas de reflexión:1) Globalizar la solidaridad en el respeto de la autodeterminación de los 2) Globalizar la solidaridad para que el uso de los bienes universales sea 3) Globalizar la solidaridad para hacer efectiva la opción preferencial por 4) Globalizar la solidaridad para el bien común.
La persona, reconociendo que solo Dios puede salvar, pasa de la esclavitudgenerada por los reclamos del bienestar material al ejercicio de un señoríolibre sobre las cosas que le permite disfrutar con agradecimiento de ellas,sabiendo que se encuentran a nuestro servicio… Entonces se hace posibleadoptar por solidaridad y no por masoquismo el criterio de la moderaciónante el consumo como actitud necesaria para la construcción de una fra-ternidad universal que llegue a ser operativa en el campo económico. Enuna feliz y conocida formula: "vivir más sencillamente para que otros pue-dan sencillamente vivir".
El cambio de mentalidad que hace posible la fe, genera también una ac- titud de la persona ante la naturaleza, en la que la contemplación asombradade las maravillas de la creación y su cuidado reemplazan a la orientaciónesquilmadora predominante en la actualidad. Estamos llamados a ser jardi-neros del mundo, no sus saqueadores.
Nadie dice que este cambio de actitudes sea fácil en nuestro contexto cultural. Requerirá, como es lógico, un largo proceso o itinerario personal.
Y entonces surge la pregunta: ¿Hay posibilidad de salir de este sistema? Entre todas las contribuciones de la ciencia ecológica, hay un teorema particularmente importante que deberánmeditar los beneficiarios de la globalización: cuanto más se unifica un sistema,más frágil se vuelve. Cuanto mayor es la diversidad de un sistema, ese sistemaes más estable. Dicho de otra manera: la globalización unificante a la cual haconducido la globalización lleva en ella misma sus fracturas y sus crisis.
Por eso, frente a cualquier tipo de derrotismos, creemos que es posible la superación de estas amenazas, y que esa posibilidad está en nosotros, enla responsabilidad libre de todos los seres humanos. El mundo no está re-suelto en ninguna parte y, por eso, la posibilidad de lograr mayores niveles 492 The Global Quest for Tranquillitas Ordinis. Pacem in Terris, Fifty Years Later 32_RODRIGUEZ MARADIAGA_pp_484-495.QXD_Layout 1 07/02/13 16:06 Pagina 493 APROXIMACIÓN GEOPOLÍTICA A LA JUSTICIA EN UN MUNDO GLOBALIZADO de humanización está siempre abierta. Todo depende de nosotros. Ante estaglobalización neoliberal que nos atenaza, no queremos ni debemos ser fa-talistas ni resignados y por eso pensamos en otro tipo de globalización, loque algunos llaman macro-solidaridad, incorpora múltiples y plurales micro-solidaridades, procedentes de diversas tradiciones, una de las cuales es la tra-dición cristiana, tradición en la que me sitúo.
Frente a la situación que acabo de describir, nadie puede quedarse indi- ferente, pues todos, de una u otra manera, estamos implicados y afectadospor ella. Es necesario que todos, individuos e instituciones, apelemos a nues-tra responsabilidad y veamos qué podemos hacer. La indiferencia y la inactividad son manifestaciones de complicidad con la situación de injusticia e inhumanidad reinante en el mundo. En tres frentes complementarios podemos concretizar nuestros esfuerzos: a. El universo cultural valorativo. Reconociendo las aportaciones que en
el campo ético trajo consigo la modernidad, no podemos ocultar que latrilogía "libertad, igualdad, fraternidad" necesita ser profundizada y uni-versalizada si queremos que deje de ser un bello slogan utilizado intere-sadamente por los más fuertes y se convierta en un proyecto de auténticahumanización para todos. Nosotros sugerimos dos valores – la solidaridad y la gratuidad – que seríanecesario incorporar a la dinámica personal y social, como modo habi-tual de comportamiento, y que representarían la base de una nueva ma-croética que haga posible y sea expresión de un mundo más humano.
b. El campo de la acción sociopolítica. Es en este campo donde verdade-
ramente se juega el futuro de los pobres y excluidos y donde se verificande manera más clara los valores anteriormente señalados. Por el momento,no parece que sea la pobreza y la desigualdad el tema que más preocupa alos grandes estamentos de poder económico y político (centros financieros,empresas multinacionales y gobiernos de los distintos países), pero sí queva emergiendo una fuerte preocupación por estos problemas en muchosorganismos internacionales y, sobre todo, en multitud de colectivos y aso-ciaciones. Desde estas plataformas habrá que trabajar para extender estasensibilidad solidaria a toda la población y, así, poder forzar a los organismosde poder para que transformen sus actuales mecanismos de explotaciónen nuevos sistemas que favorezcan el desarrollo humano de todos y seanmenos depredadores del medio ambiente.
c. El campo de lo microsocial y la acción solidaria personal. Es éste tam-
bién un aspecto muy importante a través del cual canalizar nuestra acciónfrente a la exclusión. Lo microsocial es el espacio donde se desarrolla o The Global Quest for Tranquillitas Ordinis. Pacem in Terris, Fifty Years Later 32_RODRIGUEZ MARADIAGA_pp_484-495.QXD_Layout 1 07/02/13 16:06 Pagina 494 OSCAR ANDRÉS CARDENAL RODRÍGUEZ MARADIAGA, S.D.B.
se malogra la identidad de un grupo, su protagonismo en la vida social.
Si partimos de que la exclusión no es sólo carecer de determinadosbienes económicos sino también quedar apartado de los espacios de par-ticipación, luchar contra la exclusión exige ver las posibilidades de laspersonas que padecen esa situación y recrear con ellas y desde ellas (desdesus demandas) contextos organizativos, educativos, culturales y vitales departicipación solidaria.
La acción solidaria personal, llevada a cabo desde la proximidad y el acom-pañamiento, es imprescindible para ayudar a recuperar la autoestima y laidentidad perdida en los procesos de empobrecimiento y exclusión. Cuandola pobreza adquiere rasgos de marginación, sólo la cercanía capaz de crearun clima cálido y acogedor puede rehacer las últimas significaciones, sóloesa presencia golpea la frivolidad ambiental, la mezquina insolidaridad, elconsumismo salvaje, el fundamentalismo del dinero. La lógica del don debeser reivindicada para sanar esa zona del alma que la marginación destruye yfragiliza: es la zona donde se celebran significaciones, se elaboran simbologías,se reciclan energías. Sólo la proximidad, la comunicación y la personalizaciónse muestran como vehículos adecuados. El escenario del don exige el reco-nocimiento del otro en su diferencia, que de este modo asegura la existenciade la comunidad. La lucha contra la exclusión necesita recrear y reivindicarel espacio del don caracterizado por la proximidad, la comunicación y lapersonalización, aquel espacio que se estructura como alianza, se sostienesobre estrategias cooperativas y tiene su base moral en la gratuidad.
Queridas amigas y amigos: Ha despuntado el alba de la globalización, con varias guerras, que sin duda han traído mayor pobreza. Tenemos queseguir insistiendo en la verdad de la paz.
Ahora, por voluntad de algunas personas, ha llegado la muerte. Nada más lamentable. No debe molestarnos sin embargo, la globalización de la eco-nomía, la globalización de la política. No deberían molestarnos si antes pro-cedemos con claridad y con valor a poner en vigencia un pre-requisito quecambia el signo de las cosas. Ese pre-requisito es la "globalización de la so-lidaridad".
Si esta globalización no tiene lugar, todas las demás facetas de la globa- lización nos van a destruir. Globalización económica sin globalización dela solidaridad es el suicidio de los pobres, y por lo tanto el de la mayoría dela humanidad.
Todavía recuerdo cuando en el Sínodo de América, el Santo Padre perfiló esta idea. Fue clarividente, tenía la capacidad de ver más allá de la historia.
Tiene la capacidad de mirar más allá de la historia, cuando esta le ha demos-trado a todos que la globalización sin valores es una globalización sin valor.
494 The Global Quest for Tranquillitas Ordinis. Pacem in Terris, Fifty Years Later 32_RODRIGUEZ MARADIAGA_pp_484-495.QXD_Layout 1 07/02/13 16:06 Pagina 495 APROXIMACIÓN GEOPOLÍTICA A LA JUSTICIA EN UN MUNDO GLOBALIZADO No podemos continuar con la ceguera. Estamos marchando no sólo a la globalización de los mercados, lo que significa la concentración de la ri-queza, sino a la globalización de la pobreza lo que significa aceptar que, paralos pobres, la esperanza fue ajusticiada.
Lo que es moralmente falso no puede ser económicamente correcto. La actual situación del mundo nos llevará a tomar la decisión de destruimos anosotros mismos o de recuperar las huellas de las esperanzas ciertas. Esasque crecen al ritmo del Evangelio y van selladas por él. El Evangelio siguevigente y lleno de desafíos. Nos dice que es preciso renacer en las aguas delEspíritu, vivir el amor al Señor Jesucristo globalizando la solidaridad y miraren los ojos del prójimo al Señor que dirá al final en el juicio definitivo "todolo que hicisteis a uno de estos pobres a mí me lo hicisteis".
The Global Quest for Tranquillitas Ordinis. Pacem in Terris, Fifty Years Later

Source: http://www.pass.va/content/dam/scienzesociali/pdf/acta18/acta18-rodriguezmaradiaga.pdf

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